Es mucho más que una tendencia en los últimos años pero, aún hoy, que es el vino ecologico Un término acuñado en los últimos años, sin embargo, que rinde pleno respeto a la más antigua tradición vitivinícola. La tierra como madre del vino, el hombre como su sirviente agradecido.
Por extraño que parezca, el proceso de elaboración del vino, tal como lo conocemos hoy en día, tiene un sesgo raíces en costumbres antiguas a pesar de su modernización. No es solo una tradición heredada de la Antigua Roma hasta el punto de convertirse en parte de nuestro ADN. Además, y especialmente en el caso del vino ecológico, recupera la filosofía original de elaboración: el respeto por la naturaleza. Un estilo de vida que no solo ha conseguido hacerse un hueco en el mercado español sino que cada día capta un poco más el mercado internacional.
Entonces, descubramos qué se esconde detrás de una etiqueta de vino orgánico. Uno que confirma que este jugo de uva fermentado cumple con compartir requisitos muy específicos y estrictos.
QUÉ ES EXACTAMENTE EL VINO ECOLÓGICO
La consideración de vino ecológico se basa en un principio básico: ser producido de forma respetuosa con el medio ambiente. Contenido que sugiere, desde el propio cultivo de la vid, que todo el proceso responde a prácticas sostenibles.
Por tanto, la producción de vino ecológico no solo tiene un impacto directo sobre la tierra cultivada. También promete y promueve la agricultura ecológica. evitar el uso de pesticidas, fungicidas y herbicidas. ¿Cómo, entonces, sobrevive la viña de estos enemigos? Aprovechando la propia naturaleza. De esta forma y del mismo modo que podemos considerar en el jardín como eliminar plagas en las plantas de forma natural, el vino orgánico es de la misma manera. Tampoco está permitido el uso de fertilizantes minerales: cualquier fertilizante utilizado debe ser 100% orgánico.

Pero respetar la tierra y la tradición no es el único fin del vino ecológico. Además, esta práctica busca garantizar al consumidor que lo disfrute vino que está libre de cualquier rastro químico o artificial. El motivo es que, incluso una vez en bodega, se prohíben una serie de prácticas enológicas a aquellos vinos que quieran conseguir esta certificación. Por tanto, los gestos convencionales en el vino tradicional, como la concentración parcial por frío o la desulfuración, no están permitidos en el vino ecológico.
A estos requisitos merece la pena añadir uno tan necesario como los anteriores para que el vino consiga la certificación de vino ecológico. Y es que, retomando la tradición ancestral, ninguna máquina puede intervenir en las obras de la viña. Por tanto, desde el relleno del terreno hasta la plantación o vendimia de la uva, se debe hacer, sí o no, a mano.

¿CÓMO SABER SI UN VINO ES ECOLÓGICO?
Está claro, a primera vista, que nos cuesta saber distinguir entre vino ecológico y vino convencional. Por así decirlo, no hay evidencia física en el vino que nos dé pistas al respecto. Ni siquiera podemos guiarnos, por así decirlo, de otro imprescindible en el vino ecológico: corcho natural. Muchos bodegueros tradicionales siguen apostando por ellos hasta el día de hoy. Entonces, ¿cómo podemos distinguirlos?

Simple: solo revisa la etiqueta. Todo el vino tiene su propia certificación por parte de la Unión Europea que corresponde a esta producción sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Una etiqueta que garantiza que la botella que vamos a degustar ha sido elaborada siguiendo las pautas que hemos visto, y que está libre de cualquier producto químico añadido.
VENTAJAS DE ESTE TIPO DE VINO
La pregunta inevitable es: ¿cuáles son los beneficios de los vinos orgánicos en comparación con los vinos convencionales?
1. Son un producto completamente natural
Aparte de que el vino ecológico, por norma de la Unión Europea, sólo utiliza uvas en perfecto estado; el hecho de la explotación suelos libres de agrotóxicos lo que hace de este vino un producto más saludable.
2. Ayuda a cuidar el medio ambiente
Por lo mismo que son vinos más saludables. La tierra de cultivo está libre de productos químicos artificiales. Lo cual afecta no solo al viñedo sino también a la fauna local y al medio ambiente.

3. Fomenta el desarrollo rural
Como decíamos, el proceso de producción es completamente manual. Desde la recolección de la uva hasta la transformación del vino en vino, sólo puede intervenir la mano del hombre. Un detalle que repercute por completo en el entorno de las bodegas dedicadas al vino ecológico, desde el punto de vista de la creación de empleo así como la economía de la zona.
4. Mayor concentración de polifenoles
Por su selección de uva y proceso de elaboración, los vinos son ecológicos mayor concentración de polifenoles. Unas moléculas con efectos antioxidantes que repercuten positivamente en nuestro organismo. Algunos de los beneficios del consumo de polifenoles son mejorar la circulación, retrasar el estrés oxidativo neuronal o tener un efecto positivo en el metabolismo de la glucosa en diabéticos.
No olvidemos el hecho de que el vino, orgánico o no, es una bebida alcohólica. Por lo tanto, por supuesto, su consumo debe hacerse con moderación.
Entonces, la próxima vez que disfrutes de un vino orgánico, recuerda. No solo estarás honrando la tradición de siglos de cultivo. Además, estarás poniendo de tu parte para cuidar un poco más de nuestra tierra.