Es una de las arbustos es resiliente pero no inmune a sufrir reveses. Conoce profundamente el enfermedades de acebo puede parecer necesario para su supervivencia. Y es precisamente porque sabemos que es una planta rústica que solemos tardar en detectar que algo anda mal. El tiempo juega en nuestra contra y podemos solucionarlo de una forma sencilla: hacer una revisión exhaustiva de nuestras plantas de vez en cuando.
En términos generales, el acebo es una planta fuerte por naturaleza. Algo que sumó al conocimiento. cómo cultivar acebo correctamente, presenta una resistencia natural a enfermedades y plagas. De hecho, si alguno de ellos le molesta, lo más probable es que nos estemos equivocando en su cuidado o, incluso, que la aparición de esos problemas sea consecuencia de las condiciones ambientales. Sea cual sea el motivo, debes tenerlo claro: el tiempo es corto. Y es que, si queremos mantener nuestro preciado arbusto en perfectas condiciones, es fundamental que pongamos remedio cuanto antes a cualquier cosa que le ocurra.
Veamos, entonces, cuáles son esas enfermedades sagradas que pueden poner en peligro tu salud. La mejor garantía Sé detectar su presencia y solucionarlo.
¿CUÁLES SON LAS ENFERMEDADES DE LA ESPALDA?
Antes de más, es importante saber detalle. Holly es solo una de las Plantas navideñas que no pueden faltar en tu hogar en esta época del año o un gran arbusto para diseñar nuestro jardín. Más allá de su belleza, tiene un papel esencial para la vida silvestre en los meses fríos. Sus frutos, tóxicos para el hombre, son fuente de alimento para un buen número de aves que tienen serias dificultades para alimentarse en los meses fríos. Algo que conviene saber si nos aseguramos de que nuestras plantas cumplan una función que va más allá de su carácter ornamental y que busquemos poner de nuestra parte en la conservación del ecosistema que nos rodea.

Entonces, ya sea para una conciencia sostenible o simplemente para disfrutar, es útil saber en detalle qué son las enfermedades sagradas y cómo solucionarlas. Y, para ello, es necesario que queden claras dos cosas empezando por algo clave. Conoce profundamente el cuidado de acebo Hay que evitar uno de los enemigos naturales de esta planta: los hongos. el es infecciones fúngicas son, de hecho, la razón principal por la que su vida puede correr peligro. Y sí: los hongos están presentes en la naturaleza y es imposible evitarlos. Sin embargo, es fundamental saber que el hecho de que se manifiesten como una enfermedad puede estar ligado a un error en el cultivo. ¿A cuál de todos nos referimos? A demasiada agua: uno de los enemigos de casi cualquier planta.
Tan importante como este es otro aspecto a tener en cuenta. Y es que, como las aves pueden alimentarse de él, tendremos que elegir bien los productos con los que tratamos las enfermedades del acebo y apuesta por los tratamientos orgánicos lo que minimiza su impacto en nuestro medio ambiente.
1. Podredumbre de la raíz, una enfermedad clásica del acebo que crece en macetas
Uno de los más comunes cuando lo tenemos en contenedores. La aparición de este hongo suele darse en respuesta a dos factores bien definidos: mal drenaje y riego insuficiente o excesivo.
Los los síntomas de este hongo son fáciles de reconocer y, si queremos salvar nuestra planta, nos obligan a detener su presencia lo antes posible. Nuestro acebo quedará mal en su tallo central desde la base. Además, las hojas comenzarán a ponerse amarillas o marrones.
Más que corregir el horario de riego o aplicar un fungicida, lo mejor es trasplantar nuestro acebo para corregir el drenaje y ofrecerle un nuevo sustrato.

2. Mancha de alquitrán, enfermedad primaveral
Y es la temporada en la que más pasa, y es el resultado de unas condiciones muy definidas. La suma de altas temperaturas y humedad La manifestación de estos hongos, aunque no es fatal para nuestro acebo, suele ser la causa de su antiestético aspecto.
Los indicios de su presencia en nuestra planta también son fáciles de detectar. nuestro santo estará presente manchas redondas negras, amarillas o marrones en las hojas. Además, también es probable que empiece a perder las hojas en la parte inferior e interior de la planta.
evitar su presencia pasa por cortar nuestro acebo por delante de la circulación de aire y luz entre sus ramas. Cuando las manchas todavía están amarillas, es hora de tratarlas con un fungicida. Y tan importante como esto es evitar que vuelva a ocurrir. ¿Como? Retire todas las hojas afectadas y caídas, y realice una poda sanitaria en el momento adecuado.
3. Antracnosis o cáncer, síntoma de que nuestro acebo no tiene lo que necesita
La aparición de este hongo responde a un hecho concreto: nuestro acebo no tiene las condiciones de luz, temperatura o humedad que necesita.
Saber que nuestro holly está sufriendo pasa por mira de cerca sus tallos. Suelen presentar zonas hundidas y las ramas infectadas suelen caer.
Además de evitarlo con una buena poda que busque aireación, es necesario eliminar las ramas y tallos que se ven afectados por este hongo.
4. Clorosis, otra de las enfermedades del acebo más comunes
Y decimos habitual porque es una de las enfermedades del acebo más recurrentes. Cuando sabemos cómo planta de acebo Averiguamos la ubicación ideal o la profundidad que necesitas, pero no solemos olvidar un detalle clave: el tipo de sustrato que necesitas. Por sus características, este arbusto necesita un suelo ligeramente ácido. Y su ausencia es exactamente lo que causa la clorosis: falta de hierro que nuestro corazón necesita.

Esta enfermedad se manifiesta con hojas que cambian de color, que perderían el verde intenso característico del acebo. Por lo general, las hojas tienen un tinte pálido o incluso amarillo.
Revertir esta situación pasa por corregir el pH del suelo, utilizando este palos de fertilizante para plantas verdes rico en hierro
5. Mancha morada, como resultado de condiciones perjudiciales para la misma.
Es muy fácil de detectar ya que se trata, como su nombre indica, de una mancha morada en las hojas. Interpretacion de esto se levanta un problema superior por sequía, porque nuestro acebo no tiene los nutrientes que necesita, o incluso porque tiene una lesión en alguna zona del tronco central o de sus ramas leñosas.
¿Cómo resolverlo? Analiza a qué puede responder su apariencia y corrígelo.
6. Ortiga quemada, una de las enfermedades del invierno
O, mejor dicho, el resultado de las condiciones climáticas. Lo reconoceremos muy rápido, ya que ocurre sobre todo a finales de invierno. Una época en la que es habitual tener fluctuaciones importantes de temperatura, pero también ante una situación meteorológica bien definida: suelo helado y días soleados o ventosos.
Podemos reconocerlo porque las hojas comienzan a secarse desde las puntas y tienen un color pálido. A veces, podemos mezclarlo con hongos.
Para corregirlo, no solo tendremos que reducir el riego sino también planificar el próximo invierno que tendrá nuestro acebo. triturado.